Viña Zorzal

En el año 1989, Antonio Sanz cumplió su sueño de elaborar sus propios vinos en Navarra, después de dedicar toda su vida al mundo vinícola. Pronto se dio cuenta de la importancia de cuidar y mimar sus viñas, un concepto que transmitió a sus hijos. En el 2007, nació el proyecto Viña Zorzal, con sus hijos tomando las riendas.

En este proyecto, se rescatan las variedades autóctonas navarras que habían sido relegadas, elaborando vinos varietales que destacan por su autenticidad y sencillez, con la intención de que hablen por sí solos y sean accesibles para todos. Su trabajo con la graciano recibió reconocimientos de críticos importantes.

Posteriormente, decidieron trabajar con la garnacha, elaborando un auténtico rosado, y también vinos de garnacha con la complejidad aportada por viñas viejas. Rafael Reverte mostró el tesoro que tenían cerca de la bodega: viñedos abandonados en Fitero, en la separación geológica entre la Sierra de Cameros y la Cuenca del Ebro, dando origen al proyecto enfocado en el terruño, con vinos de parcela que expresan la tipicidad de esta zona especial. Los viñedos incluyen uno de garnacha de 115 años que ha sobrevivido a la filoxera y otros en Corella, donde se encuentran las variedades tempranillo, graciano y garnacha.

En la actualidad, Viña Zorzal cuenta con 40 hectáreas de viñedos en propiedad, donde las elaboraciones se realizan en la antigua bodega familiar de Corella. Con la asesoría del enólogo Jorge Navascués, experto en la vinificación de garnachas, mantienen una filosofía de viticultura ecológica con mínima intervención en todos los procesos, fermentaciones espontáneas y evitan filtrados y clarificaciones.

Viña Zorzal ha dejado huella en la Denominación de Origen Navarra y en la DOC Rioja, rescatando variedades autóctonas y creando vinos auténticos y singulares que reflejan la pasión y dedicación de toda una familia por el mundo del vino.