Dominio de Adrada

Dominio de Adrada es una bodega-boutique ubicada en la prestigiosa región vinícola de Ribera del Duero, concretamente en Adrada de Haza, Burgos, España. Fundada con el propósito de elaborar vinos artesanos que reflejen la autenticidad de cada pueblo y parcela a través de microvinificaciones y mínima intervención.

El proyecto cuenta con factores diferenciadores clave, como el uso de uvas de alta calidad cultivadas y seleccionadas por los mejores viticultores locales, y una ubicación privilegiada en el corazón de Ribera del Duero. Además, la experiencia y filosofía de trabajo del viticultor José B. Jiménez-Landi dan forma a la esencia de esta bodega.

Dominio de Adrada representa la confluencia de un sueño y un reto. El sueño de Rodrigo Belda, quien lidera desde 1999 Delicatessen, la primera cadena de restauración de Noruega especializada en gastronomía española, con especial énfasis en sus vinos. Su anhelo siempre fue fundar una bodega-boutique en España. Por otro lado, el reto del viticultor José B. Jiménez-Landi, con más de 20 vendimias en la Sierra de Gredos, acepta replicar en Ribera del Duero su filosofía vitivinícola de mínima intervención, buscando vinos auténticos y fieles a su terruño.

En conjunto con el trabajo en equipo de Erik, Alfredo, Jan-Var y Pedro, Dominio de Adrada se convierte en una realidad.

La propuesta enológica de la bodega se centra en la elaboración de vinos elegantes y frescos a partir de viñedos viejos situados en los pueblos de mayor altitud en las provincias de Burgos y Soria. Buscan destacar con una propuesta diferente en la Ribera del Duero, basada en la recuperación de técnicas de elaboración artesanales que den lugar a vinos puros, fieles a la identidad de los pueblos, parajes y parcelas. Para lograrlo, trabajan exclusivamente con viñedos ecológicos mediante agricultura tradicional.

El proceso de elaboración en la bodega se caracteriza por su mínima intervención y la recuperación de técnicas ancestrales de viticultura. Utilizan raspón y maceraciones largas para respetar al máximo la uva. Las crianzas se llevan a cabo en depósitos de hormigón, fudres y tinajas de barro para realzar la expresión del terruño, y los vinos se embotellan sin filtrar ni estabilizar, con muy bajas dosis de sulfuroso. Así, cada botella de Dominio de Adrada es una verdadera expresión de la rica identidad y tradición vitivinícola de la Ribera del Duero.